Grupo Porres celebra la vida y la unión con su concurso de ofrendas
En Córdoba, las tradiciones no solo se recuerdan… se viven con orgullo.
Y este Día de Muertos, Grupo Porres demostró que honrar a quienes ya partieron también puede unir a los que siguen construyendo día a día.
Un altar que une corazones
Desde muy temprano, las manos de los colaboradores llenaron de color la Planta Procesadora de Aves con papel picado, velas y flores de cempasúchil.
Cada altar contó una historia: de familia, de recuerdos y de trabajo en equipo.
“Hoy invitamos a nuestros colaboradores a preservar nuestras tradiciones. Aumentamos la colaboración, el trabajo en equipo y, sobre todo, revivimos nuestras raíces mexicanas”, compartió Emma Huerta Victoria, del área de Cultura y Talento.
Más que un concurso, fue un homenaje a la vida, a la creatividad y al orgullo de ser parte de una empresa que celebra la unión desde su gente.
Tradición y trabajo en equipo
La participación fue entusiasta desde el amanecer.
“Desde las cinco o seis de la mañana la gente empezó a montar sus ofrendas. Participan, colaboran, trabajan en equipo”, relató Emma.
La iniciativa trascendió la planta principal: Alpesur y otras sedes foráneas también se unieron, convirtiendo la celebración en un mosaico colectivo de tradiciones vivas.
Orgullo por nuestras raíces
Entre flores, pan de muerto y retratos llenos de amor, los colaboradores compartieron una emoción común: el orgullo de pertenecer a una empresa que promueve la cultura y el compañerismo.
“Esto que organiza Grupo Porres nos une a todos como equipo y nos hace sentir orgullosos de nuestra cultura. Es muy bonito que una empresa tan grande impulse algo que fomenta la convivencia y la unión entre compañeros”, comentó Gabriela Rojas Quevedo, participante del concurso.
Cada ofrenda se convirtió en un punto de encuentro donde tradición, identidad y trabajo se mezclaron con un mismo propósito: mantener viva la esencia de lo que somos.
Cuando jalamos juntos, las tradiciones viven
En Grupo Porres, cada ofrenda fue más que un altar: fue un símbolo de orgullo, colaboración y amor por nuestras raíces.
Porque cuando las empresas impulsan la cultura y la unión, toda la comunidad se enriquece.
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